Steve Jones, CEO de porn.ai, sobre las 'novias' de IA: 'No se sienten humilladas, no se suicidan'
Steve Jones, CEO del polémico porn.ai, sobre las 'novias' de IA: "No se humillan, no se van a suicidar"
El auge de las novias virtuales creadas con inteligencia artificial ha abierto un debate internacional sobre los límites éticos del deseo digital, como explican en The Guardian. En este contexto, el fundador de porn.ai, Steve Jones, sostiene que la inteligencia artificial puede ser una alternativa segura frente a la pornografía tradicional, al eliminar los riesgos de explotación y abuso que afectan a los intérpretes humanos.
Durante la conferencia TES de Praga, dedicada a la industria del sexo en línea, distintas empresas mostraron sus avances en el desarrollo de compañeras virtuales generadas por algoritmos, capaces de mantener conversaciones, enviar contenido explícito o adaptarse al comportamiento del usuario. Plataformas como porn.ai o Candy.ai ofrecen a los suscriptores la posibilidad de diseñar su acompañante ideal mediante la elección de rasgos físicos, profesión y personalidad.
Jones defendió que esta tecnología representa un paso adelante en términos de ética dentro del sector: “¿Prefieres tu porno con abuso y tráfico de personas, o hablar con una inteligencia artificial?”, cuestionó. A su juicio, los sistemas de IA “no se cansan, no enferman y, sobre todo, no se humillan”. Para el empresario, el objetivo de porn.ai no es reemplazar las relaciones reales, sino ofrecer una alternativa sin víctimas ni coerción.
Un mercado en expansión y sin control normativo
Los asistentes al evento coincidieron en que los servicios de citas con inteligencia artificial están creciendo a gran velocidad. Cada mes aparecen nuevas páginas que permiten personalizar compañeras virtuales. En la mayoría de los casos, los modelos disponibles son mujeres jóvenes y blancas, con profesiones como abogada, actriz o florista, y Laura Bates, autora del libro The New Age of Sexism, señaló que las compañeras de IA están “programadas para ser dóciles y decir exactamente lo que el usuario quiere oír”. En su opinión, estas plataformas perpetúan la imagen de la mujer como objeto complaciente dentro de un entorno controlado por algoritmos.
Dilemas éticos
El desarrollo de modelos de lenguaje y sistemas de generación de imágenes ha permitido que las interacciones con las inteligencias artificiales sean cada vez más realistas. Algunas empresas han comenzado incluso a crear “gemelos digitales” de actrices, lo que les permite seguir generando ingresos sin participar físicamente en las grabaciones. “Es un beneficio mutuo: los costes bajan y los creadores no tienen que exponerse”, explicó uno de los desarrolladores durante la feria.
A pesar del entusiasmo empresarial, la falta de una regulación específica para este tipo de servicios plantea importantes retos. Organismos como Ofcom han advertido de la necesidad de adaptar las leyes de seguridad digital para evitar la creación de contenido ilegal o inapropiado. Algunos sistemas ya incorporan filtros automáticos que bloquean palabras clave asociadas a material sensible, aunque su eficacia sigue siendo limitada.
Frente a las críticas, Steve Jones defiende su propuesta como un entorno sin daño real: “La gente dice cosas a una inteligencia artificial que serían ofensivas si se las dijera a otra persona”, afirmó. “Esa libertad permite explorar conductas o fantasías sin herir a nadie”. Para el empresario, el futuro del entretenimiento adulto pasa por sustituir la explotación humana por modelos digitales capaces de simular deseo sin sufrimiento.
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