La IA nos lleva hacia una crisis de pornografía infantil
Creas en ello o no, la pornografía infantil generada por inteligencia artificial es completamente irrestricta bajo las leyes de al menos 12 estados. Está permitida, al menos de alguna forma, en muchos otros estados.
Desafortunadamente, vivimos en un mundo donde algunas personas quieren normalizar tal depravación. Los pervertidos —que por supuesto prefieren la etiqueta de "personas atraídas por menores"— se consideran una minoría sexual oprimida, sujeta a una estigmatización y discriminación indebidas. Y ya hay una campaña de cabildeo en marcha —no solo por grupos marginales, sino por académicos e investigadores de renombre— para ganar aceptación para su perversión.
Según el juicio de Fred Berlin, director de la Clínica de Sexo y Género de Johns Hopkins, los pedófilos "han descubierto, sin culpa alguna, que esta es la naturaleza de lo que les afecta en términos de su propia constitución sexual... Estamos hablando de no ceder a un deseo, un deseo que está enraizado en la biología, no muy diferente al de alguien que tiene un deseo por la heroína".
Como mencionó Wired hace casi dos años, cuando entrevistó a Berlin, "Algunos clínicos e investigadores han sugerido que las imágenes generadas por IA pueden usarse para rehabilitar a ciertos pedófilos, permitiéndoles obtener la catarsis sexual que de otro modo obtendrían al ver pornografía infantil en lugar de imágenes generadas".
En otras palabras, académicos convencionales ya han estado argumentando durante años que ver pornografía infantil generada por IA supuestamente limitará el apetito de los depredadores para acechar a niños reales.
Es mucho más probable que, cuando se completen los estudios, las tasas de abuso sexual infantil sean mucho más altas en lugares donde tal material de IA esté más extendido. Cuanto más material de este tipo esté en circulación, más adultos se verán afectados por él. Pero, ¿convencerán los argumentos de Berlin y otros a alguien? ¿Convencerán a nuestro sistema legal?
La Corte Suprema ha concluido afortunadamente que las imágenes pornográficas generadas por IA de niños reales (en otras palabras, "deep fakes") son ilegales. Sin embargo, la ley se vuelve confusa en muchos estados cuando los materiales generados por IA no se basan en un niño real.
Y la IA ha avanzado tanto que puede crear imágenes y videos pornográficos de niños completamente falsos haciendo absolutamente cualquier cosa. Aquí es donde la ley está fallando a los niños que, sin duda, serán las futuras víctimas de estos depredadores en espera. El caso de la Corte Suprema New York v. Ferber criminalizó el material tradicional de abuso sexual infantil. Pero un caso posterior de 2002 (Ashcroft v. Free Speech Coalition) efectivamente volvió legal la pornografía infantil generada por computadora, ya que, como afirmó el juez Anthony Kennedy, "la pornografía infantil virtual no está 'intrínsecamente relacionada' con el abuso sexual de niños".
La pornografía infantil generada por IA no son solo imágenes. La tecnología significa que se pueden generar niños virtuales —prácticamente indistinguibles de los niños reales— que pueden hablar con los pedófilos y permitirles vivir sus fantasías enfermas. La IA producirá semejanzas de niños que se adapten a las preferencias de estos depredadores, y aprenderá exactamente lo que les gusta y lo que no les gusta.
Aunque la ley sigue siendo confusa sobre este asunto, se esperaría que pueda actualizarse para manejar esta situación. Quizás la Corte Suprema podría incluso revisar su fallo.
Pero hay un gran impedimento más allá de la habitual lentitud de la burocracia: este movimiento académico progresista que enseña que la pedofilia es biológica por naturaleza. Según su dogma, estos deseos sexuales no son culpa de las "personas atraídas por menores"; simplemente no pueden controlarse. Además, estos avatares infantilesrealistas pero falsos que hace posible la IA se suponen que deben verse como legítimamente terapéuticos para ellos.
La lógica es similar a los programas de intercambio de agujas. Si no van a dejar de usar drogas, ¿no podemos al menos brindarles una forma de consumirlas de manera segura? Bueno, quizás la respuesta a todas estas preguntas comienza ahí. ¿Cómo han funcionado esos programas de intercambio de agujas?
Veamos la investigación seria. En un solo año en EE.UU., los Servicios de Protección Infantil encontraron evidencia sólida de que 57,329 niños fueron víctimas de abuso sexual. Y sabemos que esa cifra no se acerca a ser el número real debido a la falta de reportes y evidencia, etc.
Se cree que una de cada cinco niñas y uno de cada veinte niños son víctimas de abuso sexual infantil. Esa es una cifra asombrosa; solo imagina la clase de tu hijo en la escuela. Desde el punto de vista estadístico, probablemente haya varios víctimas en ella.
Así que la verdadera pregunta es, con más acceso a la pornografía infantil, ¿se quedarán estos depredadores solo con el material infantil falso generado por IA? ¿O eso solo aumentará su apetito por escenarios de abuso más realistas y luego reales?
Con la invención de Internet, la cantidad de material de abuso sexual infantil se disparó. Los delincuentes apreciaban el anonimato, así como la capacidad de percibir a los niños como "no reales", ya que no los conocían en la vida real. Con más acceso, se creó más y más material, y, por supuesto, más y más niños fueron abusados sexualmente para crear dicho material.
Esto significa que con la pornografía infantil virtual o generada por IA, hay un riesgo aún mayor de que estos depredadores cometan delitos, ya que la propia naturaleza de la IA lleva a los delincuentes a sentir una desconexión aún mayor.
Una y otra vez, la investigación muestra que este tipo de material solo aumenta las probabilidades de que un pedófilo abuse de un niño real en la vida real. Y dada la evolución de la tecnología de IA, de manera que el avatar infantil de IA le dirá al pedófilo cualquier cosa que quiera escuchar (aceptación, disfrute, y quién sabe qué más), el riesgo de perjudicar a un niño real aumenta aún más drásticamente. Nada dice "prevención del delito eficaz" como entregarle imágenes y videos de abuso infantil a pedófilos y esperar que sacie su sed en lugar de hacer que deseen más. ¿Qué podría salir mal?
Esto no es reducción de daños, es una acrobacia intelectual disfrazada de política.
Otros países ya se han visto inmersos en este debate legal. Tristemente, muchos académicos argumentan con expresión seria que la pornografía infantil generada por IA puede ayudar a los pedófilos a "frenar sus apetitos", incluso llegando al extremo de afirmar que "hay un grupo de individuos para quienes mirar estas imágenes es un interés voyeurista y un fin en sí mismo, no una puerta de entrada a algo más severo".
En el curso de hacer tales afirmaciones, seleccionan estudios académicos para sus propios fines. Realmente hace que uno se pregunte sobre sus propias inclinaciones.
Pero en cualquier caso, no podemos permitir que académicos elitistas, viviendo en sus torres de marfil, generen nuevos riesgos para nuestros hijos. Financiera y moralmente, probablemente haya un gran negocio en la pornografía infantil generada por IA, al igual que lo hay con las novias de IA. Alguien las crea y alguien las compra. No podemos permitir este riesgo para nuestros niños en nuestro país.
Mientras que el concepto de la pornografía infantil generada por IA puede parecer surrealista y tan horrible que probablemente no quieras pensar en ello, se está acercando a una legislatura, tribunal o sala de debate cerca de ti. Contrariamente a lo que muchos académicos te dirán, este invento no disminuirá el abuso sexual infantil, sino que lo aumentará drásticamente.
Hay ciertos beneficios en el avance de la IA, pero existe un lado increíblemente oscuro y aterrador, uno que los legisladores deben reconocer y eliminar con urgencia.
Liberty Vittert es profesora de ciencia de datos en la Universidad de Washington en St. Louis y estadística residente en NewsNation, una empresa hermana de The Hill.
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