La IA está volviendo a hacer raro el internet, y eso es algo positivo

Si quieres entender hacia dónde se dirige el futuro de la tecnología, olvídate de las grandes conferencias. Observa todas las creaciones en los hackatones de IA. Durante las últimas semanas, he organizado hackatones de IA en todo el Reino Unido, desde las torres de marfil de la Universidad de Oxford hasta comunidades locales como Women in AI, y lo que he visto ha cambiado la forma en que pienso sobre quién puede construir tecnología y por qué. Este cambio es silencioso pero sísmico: la IA está convirtiendo la creatividad en el nuevo superpoder. No la escala. No el código. No la financiación. Solo la capacidad de notar una pequeña fricción en tu vida y decidir solucionarlo.
Una de mis presentaciones favoritas fue una simple aplicación creada por un participante solitario: ayudaba a redactar la respuesta perfecta al mensaje de su novia. Eso es todo. Sin aspiraciones de recaudar capital de riesgo. Sin una hoja de ruta de producto a cinco años. Solo una herramienta para resolver un problema muy real y muy humano. A medida que la IA hace posible prototipar ideas en minutos, los creadores están pensando más pequeño. Más personal. Más juguetón. E irónicamente, más significativo.
Hemos pasado la última década siendo toldados que "piensen en grande" en tecnología. Pero, ¿y si las ideas más importantes que nos esperan no son grandes en absoluto?
De código a curiosidad
Hay algo profundamente renovador en ver a los participantes crear para sí mismos, y no para un "mercado total direccionable" teórico. En Oxford, un estudiante creó un "Generador de Sudaderas de Oxford", fusionando la tradición universitaria y chistes internos en diseños de ropa muy específicos. En otro hackatón, un participante sudafricano construyó una aplicación de prueba de moda impulsada por IA que celebraba la herencia y cultura regional. Estos proyectos no buscaban volverse virales. Buscaban ser verdaderos. Y en eso, revelaron un tipo diferente de ambición: volver a personalizar una web que se ha vuelto demasiado genérica.
Después de años de dominio de plataformas y homogeneidad algorítmica, nuestro mundo digital comenzó a sentirse plano. Lo que veo ahora, a través de estas aplicaciones hiperlocales y profundamente específicas, es un movimiento en la dirección opuesta. Los creadores están reclamando sus contextos, su humor, sus recuerdos. Internet está volviendo a ser extraño nuevamente. Gracias a Dios por eso.
¿Qué sucede cuando todos pueden construir?
Estamos entrando en una nueva era donde el software ya no es el dominio de la élite técnica. Se está convirtiendo en un parque infantil para los creativos curiosos. La IA actúa como un multiplicador; no reemplaza a los desarrolladores, sino que multiplica el número de personas que pueden construir. Este cambio no solo modifica quién puede crear. También cambia lo que se crea. Significa menos aplicaciones de denominador común y más herramientas que reflejan matices personales, humor local o necesidades de nicho. Las cosas que nunca se autorizarían en una sala de juntas, pero que hacen que Internet sea un lugar más rico para estar.
Es tentador preguntar: ¿Cuál de estas aplicaciones se convertirá en unicornios? Pero tal vez esa sea la pregunta equivocada. Quizás la verdadera revolución no esté en lo que estamos construyendo, sino en quién se siente lo suficientemente poderoso como para intentarlo.
Christel Buchanan es la fundadora de ChatAndBuild, una plataforma nativa de IA que permite a cualquier persona convertir ideas en aplicaciones funcionales, sin necesidad de saber programar. Anteriormente dirigió la expansión internacional de Twitter y escribe con frecuencia sobre la intersección de creatividad, tecnología e identidad.
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