Amenazas de Ciberseguridad en la Era de la IA: El Fundador de BCF, Cordell Robinson, Aboga por un Cambio Cultural hacia la Protección Proactiva

Amenazas de Ciberseguridad en la Era de la IA: El Fundador de BCF, Cordell Robinson, Aboga por un Cambio Cultural hacia la Protección Proactiva

Por: Daniel Fusch

A medida que la inteligencia artificial transforma todo, desde el servicio al cliente hasta la investigación y desarrollo, el panorama de amenazas digitales está cambiando rápidamente, y no siempre de la manera que uno podría esperar. Para el experto en ciberseguridad y veterano Cordell Robinson, la amenaza más peligrosa en la nueva era no es la IA en sí misma.

Es la naturaleza humana.

“La mayor amenaza cibernética hoy no es el aprendizaje automático; es la cultura de la gratificación instantánea que impulsa el comportamiento humano en línea”, dice este fundador de Brownstone Consulting Firm (BCF). “Publicamos sin pensar, hacemos clic de forma impulsiva y alimentamos datos sensibles en herramientas de IA sin entender las consecuencias. Somos nuestro peor enemigo.”

Cordell Robinson
Cordell Robinson

Robinson no es ajeno a la previsión. Un veterano convertido en ingeniero de software y abogado, fundó BCF en 2010 después de darse cuenta de que la intersección entre la ciberseguridad y el derecho se convertiría en el campo de batalla para la próxima generación de amenazas. Tenía razón. Desde el lanzamiento de su empresa como un negocio propiedad de veteranos con discapacidades y de minorías, BCF ha asegurado datos para entidades gubernamentales, compañías de seguros y empresas farmacéuticas.

Ahora, mientras la IA se integra en las operaciones comerciales diarias, desde chatbots hasta la detección de fraudes, Robinson está levantando la voz de alarma: las personas están confiando demasiado en herramientas que apenas comprenden. “Todos quieren ser los primeros en el mercado con su producto potenciado por IA, pero no están pensando en las implicaciones. En el momento en que introduces datos sensibles en un modelo público, están ahí afuera. Debemos dejar de tratar la ciberseguridad como un pensamiento posterior.”

Las preocupaciones de Robinson están respaldadas por datos concretos. Según la Agencia de Ciberseguridad de la UE (ENISA), la ingeniería social y las filtraciones de datos dominaron los incidentes cibernéticos en el sector financiero de Europa el año pasado, con un 39% dirigidos a instituciones de crédito. En África, la firma de ciberseguridad Kaspersky informó un aumento del 14% en ataques de spyware a empresas.

Desde ransomware que paraliza hospitales hasta actores de amenazas que explotan la IA para el phishing y el fraude, el paisaje ya no se trata de la fuerza bruta; se trata de manipulación psicológica, escala y velocidad.

“He visto a personas publicar actualizaciones laborales confidenciales en las redes sociales, hacer clic en correos electrónicos con malware por hábito, o alimentar secretos comerciales en plataformas de IA generativa. Todas estas son violaciones que están esperando a suceder, no por malas herramientas, sino por comportamiento descuidado”, afirma Robinson.

El modelo de ciberseguridad de BCF se basa en la protección proactiva. Robinson entrena a sus equipos y clientes para que se hagan una pregunta antes de actuar: ¿Quisieras que esta información fuera tu número de cuenta bancaria expuesto al mundo? “Trata cada pieza de información como si fuera tu número de cuenta bancaria”, dice.

La protección comienza con la conciencia, dice Robinson. Su Shaping Futures Foundation en Tanzania subraya su compromiso con la alfabetización digital y el uso ético de la IA, especialmente en economías en desarrollo como África, donde la infraestructura cibernética está creciendo pero a menudo subfinanciada.

“África se convertirá en una superpotencia tecnológica. Pero tenemos que hacerlo bien. Y eso significa educación”, afirma. “Necesitamos entrenar a la gente sobre cómo usar la IA como una herramienta, no como un atajo. Porque cuando se utiliza de manera imprudente, es peligrosa.”

Es por eso que Robinson está construyendo una nueva herramienta de ciberseguridad asistida por IA, no para reemplazar a los humanos, sino para empoderarlos. La plataforma ayudará a los profesionales de ciberseguridad a evaluar vulnerabilidades, garantizar el cumplimiento normativo e interpretar amenazas con velocidad y precisión, sin escatimar en métodos.

“Esta herramienta se trata de amplificar la inteligencia humana, no de reemplazarla”, explica. “La IA es poderosa, pero necesita orientación. Y los profesionales de la ciberseguridad son los guardianes.”

Robinson ha visto de primera mano cómo las violaciones deshacen años de innovación. Un cliente farmacéutico casi perdió millones en I+D cuando sus sistemas desprotegidos estuvieron bajo amenaza. “Estamos hablando de medicamentos que salvan vidas”, dice. “Si esos datos se filtran, no solo se pierde el dinero, sino que las personas pueden sufrir. Así de alta son las apuestas.”

Y no solo las grandes empresas. Los individuos enfrentan ruinas financieras, robo de identidad e incluso peligro físico cuando los datos de salud o detalles personales son expuestos. “La ciberseguridad no es solo un problema de TI; es un problema humano”, dice Robinson. “Si no entiendes lo que está en juego, no estás protegiendo tu organización. Estás jugando a la ruleta con ella.”

A medida que BCF se expande internacionalmente hacia Europa y África, la misión de Robinson es clara: Proteger sistemas. Educar a los usuarios. Combatir el error humano con percepción humana y solo la suficiente IA. “Las amenazas cibernéticas están evolucionando. Pero nosotros también”, dice. “Es tiempo de dejar de ser reactivos. Comencemos a pensar antes de actuar. Así es como construimos un mundo digital más seguro.”